Llevo tres días buscando mi libro “Diablo Guardián”.
Juraría que lo metí en la maleta la última vez que deje la casa de mis padres. Joder. La casa de mis padres. Ya no digo mi casa. Debo caer en la cuenta que después de casi seis años viviendo en Madrid aquella casa en la que pasé mis últimos 11 años en México ya no es tan mía.
Y buscaba el libro porque recuerdo el placer que me dio leerlo hace siete años. Recuerdo que Xavier (Tú) nos diste una amiga, una cómplice que nos escupía a la cara la verdad de su vida, en el idioma de muchos chilangos como yo.
Y buscaba el libro porque quería que Xavier me lo firmara hoy.
Esa pinche costumbre de querernos apropiar de un trozo de alguien a quien admiramos, unas líneas donde diga “con cariño, mucha suerte, un abrazo, etc” y ¿cómo no?: Mi nombre escrito por un famoso.
Que diablos queremos? ¿un poco de fama, un momento de alguien, una mirada?
No nos damos cuenta de que ya tenemos a Xavier durmiendo a nuestro lado, viviendo con nosotros, tenemos sus más bajos instintos, muchas de sus fantasías no cumplidas ( en su caso estoy seguro que también hay muchas que ya ha hecho realidad ), su imaginario impreso...
¿ Qué más chingados queremos?
Después de tres horas de no encontrar el libro por ninguna parte (No es que viva en una mansión. En la casa que habito vivimos cuatro personas y el 99% de mis cosas están en mi cuarto) y mira que me harté de buscarlo por que estoy seguro (estaba) de que lo había metido en la maleta aquel día antes de partir hacia la nueva terminal 2 del Benito Juárez, mi madre me llama y me dice que el libro esta ahí, en el librero de casa de mis padres, que esta viendo la portada de la espalda desnuda de lo que yo siempre soñaba que era Violeta.
Y yo aquí : !!Pttaaa madre¡¡
Así, me dirijo a la conferencia adecuadamente titulada Mex appeal, mientras pienso :
“ese wey es Violeta”. Asi que para que chingados quieres su firma. !Tu te la quieres cojer¡
...y es que vengo de una semana de exposición masiva a mi cultura.
¿Suena chingón no?
Para que me entiendas, he estado escuchando y convivendo con artistas mexicanos que me han llevado de vuelta por allá un rato.
A la cita llegué tarde ( tu dices ( Xavier ) que a gusto, cómodo ) rayando el asfalto de casa América y detuve la cortina que cerraba el recinto donde estaban a punto de presentar a Velasco.
- A Raúl?
- No ma¡¡¡ ese wey ya se murió¡¡
- ¿Te cae?
- Si wey, Velasco se apellida Xavier
- orale
Solo me dio tiempo de sentarme y que se arranca con la charla.
En persona, el es como dice que somos todos por allá, un personaje. Sus facciones, su postura encorvada, sus ojos saltones y ojeras que acumulan parrandas y voces que han alimentado sus libros, su sonrisa tosca, grande, hablando del desmadre que significa vivir en México, en el DF.
Un poco cínico. Muy real.
Y yo que quiero hacer que nos vean como un país bonito, con cultura y raíces, a toda madre, y la gente es bien amable, y la comida y los colores y llega este wey y empieza a hablar de como nos aventamos lámina en el tráfico, de como nos mentamos la madre con todo respeto, de nuestras cárceles de máxima inseguridad y ¿qué me ves wey, soy o me parezco? ¿y qué? ¿pus qué? ¿ de qué? yaaaaa....
Y que rico.
Escuchándolo con ese acento que tiene un subtono de valemadrismo (solo reconocible por gente oriunda del DF) me hizo extrañar mas.
No de ese extrañar de ponerte a llorar sino mas bien añorar, pues toda su charla se junto con la semana ( Patricia Reyes Espíndola, Pedro Gonzáles, María Blanco, Miguel Calderón, Marta Lamas ) y ayer “De insomnio y media noche” y hoy comida con Edgar Chías, tres obras de teatro chilangas que me regaló, luego la obligada charla de la situación en México , que la pinche violencia que acabará en guerra, que la crisis, el tráfico, y yo que tú me quedaba por aqui y para rematar Abel en el cine...
-Oye wey, pero ¿si te cojiste a la Violeta?
-No mam... es un decir wey¡¡
Mira, ese Xavier es un camicazee. Yo ya he perdido mi vacuna. Esa vacuna que el tráfico matutino y dos horas para llegar a la prepa y el frío y los micros me inyectaban cada día.
Yo llevo aquí ya casi seis años, y es triste, pero no me late sentirme inseguro en mi lugar, una nena con coletitas rosas en mi DF que en el fondo quiero y disfruto en toda su paleta de incongruencias, con su gente que “pasea por Reforma caminando como si les acabaran de endosar la avenida a su nombre”...
Si me salí de ahí fue porque pensé ( y pienso ) que hay que verlo desde afuera para confrontarnos como mexicanos, para mirarnos ( dice Chías que eso es algo que no hacemos ) como cultura, chupar otras costumbres y regresar a poner nuestro granito de arena, porque la neta a mi me encantaría regresar y hacer teatro en el Arenal o El milagro y compartir con mi gente lo que he aprendido por acá.
Se disuelven los veinte minutos que le asignaron y en mi lento regresar del viaje, Xavier termina con un homenaje a la escritura diciendo que en el hermoso caos con el que se ha encariñado, del que se nutre para sus novelas, “no hay mejor arma larga que estas” y saca sus dos plumas.
Yo de este wey no quiero una firma, me dije. Ya me veía ahí con mi cara de pendejo:
“Hola Xavier, me firmas mi libreta, es que el único libro tuyo que he leído no lo tengo aquí.”
No, ni madres. Yo me voy de parranda con Violeta.
Para acercarse a este gran tipo, no sientes esas estúpidas ganas de alabanza y nerviosismo, no. A él te dan ganas de invitarlo a chupar y sientes que tienes enfrente a un cuate, alguien de carne y hueso que merece la pena escuchar, un maestro de la universidad de la vida, un...
-ya bájale wey, me late que eres puto...
Total que aguanté a que se alejara la gente que lo felicitaba y al final solo quedo una morena de pelo chino con la que se veía bastante entusiasmado. Esperba a que terminaran pero que se salen juntos...
!!No maaa¡¡
y pensé:
-!Este wey esta ligando¡ no le voy a hacer mal tercio...
...y decidido a esperar que acabara con la chica, me fui a mear, y cuando salí el Sr. Velasco se había ido.
¡Vale madres y yo con este pinche sabor de DF, de parranda con compadres, ¿’ora como chingados me lo quito??
Acto seguido:
Yo en una barra de la taquería “Mi ciudad”, haciendo cálculos para que me alcance para una chela y unos tacos ( que no es lo mismo pedir que te den cinco al pastor y luego otros cinco y luego tres de suadero y un boing y que en total sean 54 pesos, a pedir uno solo al pastor y que te cueste 2 eurazos ( 43 pesitos ))
Hasta limón y sal le tuve que echar a mi botellín de Mahou ( ! porque pinches coronitas , te las clavan a 4 euros ¡), para acompañar a mis tres tacos:
Chicarrón en salsa verde, tinga de pollo y pastor, que se acaban en dos mordidas y media cada uno, así que en menos de cinco minutos ya me había tragado todo.
Todo menos eso, ese momento que trataba de mantener, el ambiente, el ardor de la salsa en la lengua, de fondo un norteño en una mesa con cinco españoles, dentro de la barra un wey albureando a una mesera, mas allá una vocecita chilanga pidiendo otra ronda, mas acá otra vocecita del DF preguntándome:
¿Se le ofrece algo mas? mientras me quita los platos, el salero y la minibotella vacía como si fueran vasijas de oro.
!!Chinga¡¡ déjame disfrutar este momento¡ Estas voces, esa foto del ángel de la independencia, este ardor en la boca.!
Pinche complejo de mesera del vips chinga, !!que no ves que estoy aquí, solo en esta barra, porque pinche Violeta se me fue con otra y y me quedé con ganas de cojérmela¡¡
Salgo de “Mi ciudad” y la ilusión se desvanece.
Entro a casa con la llave larga que nos obliga siempre a usarla al salir o entrar.
Dentro silencio y oscuridad. Fuera, de lejos, algunas voces que si encontraron con quien beber...
...!Me debes una chela Xavier¡... Ponle fecha y hora.
PD:
Igual que él que no ligó en toda la noche, que él que no se atreve a ir con un puta, me enfrasco en La leonina faena, en El cielo en la piel, en Fronteras... ! bendita literatura chilanga ¡
